miércoles, marzo 08, 2006

Experiencias “Tierra, trágame” (II)

Bueno, pues aquí va otra anécdota de hace tiempo. En concreto de 1983. Iniciaba junto con mis hermanos el curso escolar en Granada. Yo empezaba quinto de EGB y tuve un mal comienzo. Como lo he experimentado varias veces, se perfectamente lo que cuesta comenzar el curso en un cole nuevo donde no conoces a nadie ni tienes coleguillas del año anterior. Es bastante duro, sobre todo si en el primer recreo tienes la mala suerte de entrar en la zona de visión de tres hermanos cuyo perfil encajaba perfectamente en el prototipo de matón de cole. Los susodichos eran muy parecidos entre ellos pero con diferente altura y edad. Parecían los Dalton pero en versión “gruesa” y la verdad bastante pendencieros.

En las primeras semanas uno de mis hermanos y yo tuvimos varios encontronazos con ellos pero sinceramente, por superioridad en número, en kilos, en bravuconería y en conocimiento del terreno, no salíamos bien parados.

Como con el paso de los días la cosa no mejoraba, acabamos confesando el problema a nuestros padres, así que ellos en un alarde de estrategia educativa nos apuntaron a clases extraescolares de judo. Pensaron que al menos con unas nociones de judo podríamos manejar la situación y la verdad es que esa decisión nos animó bastante. De manera que con la moral bastante alta, al finalizar las clases, nos dirigimos al gimnasio del colegio donde se impartían las clases de judo. De nuevo empezábamos algo nuevo, pero esta vez para practicar judo. Cruzamos el pasillo que llevaba al gimnasio, abrimos la puerta y vimos a un grupo de chavales en kimono con un profesor también con kimono, mirándonos con curiosidad, y entre los chavales, sobresalían las figuras familiares de tres hermanos gordos en kimono sonriendo. Efectivamente, antes nos zurraban con premeditación y alevosía y ahora lo harían con el beneplácito del profesor.

Mi hermano y yo nos miramos con resignación, resoplamos y entramos dentro. Ni que decir tiene que los alumnos voluntarios para practicar técnicas de inmovilización con nosotros fueron tres de los dos “Mega-Dalton” (encima tenían uno de reserva). Los tíos eran tremendos, no necesitaban mucha técnica, solo tenían que dejarse caer encima tuyo y ya estabas totalmente inmovilizado. Yo no podía creérmelo, al menos antes podíamos escabullirnos algún día sin tener problemas pero ahora nos tocaba el correctivo de manera fija y programada.

El caso es que el fin de la historia no es del todo malo, ya que sorprendentemente acabamos haciéndonos medio amigos del trío “Mega-Dalton”, así que dejamos de ser objetivos de sus fanfarronadas y por fin pudimos integrarnos en el cole con relativa tranquilidad.

Ni que decir tiene, que nuestras clases de judo acabaron pronto, en cuanto dejamos de ser objetivos daltoniles... Y menos mal, porque para remate del tomate, como nuestros padres no veían lo del judo muy claro (que clarividencia) nos mandaban en chandal en lugar de comprarnos el kimono, con lo cual íbamos dando el cante a base de bien.

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2 Comments:

Blogger Tito Chinchan said...

Buenas Saca,

desde luego, cada día te pareces más Palmiro Capón, el personaje de El jueves. Por cierto, me suena que me habías contado tus experiencias en judo como si fueras el mismísmo maestro de karate kid. Uy, uy, uy, que la verdad sale a flote ;-)

Besitos de mantecas.

P.D: El otro día vi una foto de los sacamantecas y me dió la risa tonta.

09 marzo, 2006 08:54  
Anonymous Anónimo said...

Eso es un ejemplo clásico del "si no puedes con tu enemigo únete a él".

Como me pasó a mi, en este caso, estrenando colegio en 6 de EGB. Y encima colegio de pueblo. Visto el nivel intelectual de mis compañeros dignos del National Geographic, opté por hacerme amigo del único que no era del pueblo, al que tenían martirizado. Yo, midiendo 1,40 y pesando 38 kilos tampoco tenía opción. Así, al menos teníamos un compañero de torturas, pero sucedió el milagro: no en forma de judo, sino de NBA. Por esa época fué el boom de la NBA en España con el programa de Trecet "Cerca de las Estrellas" de los viernes a la 1:00 de la noche. Me solía quedar con mi hermano a ver el partido, y cual fue mi sorpresa cuando descubrí que los que me hacían la vida imposible eran fanáticos. Un lunes a primera hora, antes de empezar la sesión de tortura me quedé mirando la carpeta de uno de los cabecillas que tenía forrada de jugadores NBA y me suelta: "tu que miras, si no sabes ni quien son". Yo vi mi oportunidad y le dije: "son Kareem Abdul Jabbar, Magic, Larry Bird, Malone, Jordan, Isiah Thomas...". El bicho me miró incrédulo y preguntó ¿te gusta la NBA? y pocos minutos después estaba yo con todo el corrillo comentando las jugadas del partido del viernes anterior anterior, cosa que seguimos haciendo todos los lunes. A mi amigo, al que también "puteaban" no le gustaba la NBA, por lo que siguió siendo torturado cruelmente.

Ni que decir tiene, que tras ese día, la NBA ganó un aficionado para toda la vida jejeje.

Un saludo y ¡¡vivan Gasol Calderón y la madre que les parió!!.

P.D. Gasol triple doble esta madrugada. (21 ptos 12 rbts 12 asist)

09 marzo, 2006 17:56  

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