martes, enero 31, 2006

Lotería negativa

Esta vez voy a escribir por puro desahogo ya que el tema sinceramente no es lo que se dice agradable.

Desde hace justo siete días he estado en varios lugares a los que normalmente no suelo ni quiero ir (“ni falta que me importa”). Lugares como un tanatorio, un cementerio, una sala de espera de un quirófano y una planta de hospital... Son lugares que más tarde o más temprano acabas visitando por diversos motivos que casi siempre son terribles o como mínimo dolorosos.

Es muy curioso, con que facilidad asociamos a estos lugares todo tipo de sensaciones y sentimientos negativos como el malestar, la angustia, la tristeza, el mal olor, el mal rollo, la depresión y el temor a la muerte.

Luego aparecen los pensamientos trascendentales sobre la caducidad de la vida, la fragilidad del ser humano y finalmente a veces y aunque sea solo por un momento, la aprensión por la cantidad de enfermedades y dolencias que circulan por el mundo.

Para esta lotería negativa no hace falta comprar boletos ni décimos. Todos apostamos y con el tiempo nos vamos volviendo más y más ludópatas. Con el paso de los años vamos haciendo cada vez mas apuestas hasta que un día nos toca el premio, mejor dicho, nos cae encima.

Por eso muchas veces, cuando compro lotería de navidad o hago alguna quiniela de fútbol, me digo, ojalá me toque el premio, pero si no me toca este, que al menos tampoco me toque el “anti-gordo”, el premio especial de ese sorteo cuya azafata va vestida de negro y saca las bolas pinchándolas con una guadaña.

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1 Comments:

Blogger Tito Chinchan said...

Buenas saca,

me has recordado muchísimo a un personaje de El Jueves, ¿sabes a quien? A don Palmiro Capón, el que cuenta su infancia semana tras semana.

Joder, que resulta que con el IExplorer no veo el post sobre el que quiero comentar. Yo queria comentar sobre tu relato de las tragaperras. Esto es raaaaroooo, raaaaroooo, raaaaarooooo.

Besitos de mantecas.

15 febrero, 2006 15:06  

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